En esta Semana Santa he tenido un poco más de tiempo libre para poder dedicarle más tiempo a aficiones como la lectura. Después de realizar el proyecto para la Capilla de la UFV, quise introducirme más en el tema de la arquitectura sacra y decidí pedir recomendaciones sobre algún libro que me ayudara a introducirme en el tema.
El libro que me aconsejaron fue El Número de Dios, un libro dedicado a la construcción de las grandes catedrales góticas españolas, centrándose en la de Burgos. En el momento que oí que trataba de arquitectura sacra y además de la catedral de Burgos, pues no dude en comenzar a leerlo, con todo el entusiasmo y sobre todo el orgullo y las ganas de saber acerca de ese maravilloso símbolo de arquitectura gótica que caracteriza a mi tierra.
Así que con las ganas de saber sobre arquitectura sacra y de absorber lo máximo posible toda la información sobre nuestra catedral, la que a todos los Burgaleses nos tiene obnubilados. Como un burgalés que cada vez que pasa por esa poesía traducida a piedra, se para a verla como si fuera el primer día que maravillase esa hombre, y solo es un día mas; no va a querer leer un libro que trata sobre sus orígenes. Descubrir un libro que tratase de ella, ya fue un gran momento de satisfacción introducirme en él e imaginarme mi ciudad, las calles por donde ahora paseo en el siglo XII; es un acto de abstracción maravilloso.
Después de haber intentado explicar cómo me sentí al descubrir este libro he introducirme en él quería dejaros un pequeño resumen y animaros todos a leerlo.
El numero de Dios es un libro de José Luis Corral, publicado en el año 2004; que trata del origen de la construcción de las grandes catedrales góticas españolas del siglo XII, centrándose en la de Burgos y en la de León.; y en la trasmisión de un gran secreto gremial, el número de Dios.
En esta obra el autor pretende mostrar la importancia de la construcción de una catedral, era casi como una empresa y se debía tener muy en cuenta tanto el ámbito político, como el económico. Paralelo a ello habla de una joven pintora Teresa Rendol, que es perseguida en el ámbito religioso (amenaza de la Inquisición) y es colaboradora de la construcción de las catedrales de León y de Burgos; y que vive una historia de amor con el constructor de la catedral. Teresa se acerca al conocimiento de uno de los secretos mejores guardados de la historia, transmitidos de generación en generación entre los arquitectos. Este número hace referencia a la proporción aurea, la arquitectura gótica se inspiraba en una forma rectangular, en la que el lado más largo era equivalente al más corto más dos tercios.
Se recrea además toda la forma de vida de la época, las religiones que convivían dentro de la misma ciudad e incluso ayudaban a la construcción de la catedral. También se reconoce el papel de la mujer que tuvo en la decoración de las catedrales que ha pasado desapercibido.
Es muy interesante arquitectónicamente como todo, sin excepción estaba totalmente medido rigurosamente y controlado, dejo algunas citas del libro para comprobar la exactitud y la dedicación a las medidas y proporciones.
“Todas las medidas, todas las proporciones están regidas por el número de Dios.”
“Ese es el secreto de esta catedral: está construida siguiendo las proporciones del número áureo, el que Dios eligió para construir el universo...”
“La belleza... está en la proporción.”
“Hemos conseguido que en la nueva catedral se refleje la proporción matemática del número de Dios, lo que significa copiar la proporción numérica con la que Dios, el gran arquitecto, construyó el universo.”
“Las proporciones que ese número representa son las mismas que rigen el orden del mundo...”
“Y el número de Dios era la proporción perfecta que había sido revelada al hombre...”
“Para la construcción de la nave mayor y sus dos laterales desde el crucero hasta la que sería portada principal, emplearía como medida el pie de París, una medida que equivalía a exactamente a la longitud de su palmo de la mano, con los dedos totalmente extendidos, más la anchura de cuatro dedos.”
“Seguiré aplicando el pie de París para las medidas pequeñas, pero para las proporciones totales usaré el codo de Chartres, dos palmos míos más cuatro dedos. Es la medida que utilizó mi padre en la catedral de mi ciudad: veinte codos de anchura, cincuenta de altura, cien de longitud, y la longitud del crucero una quinta parte de la longitud de la nave central…”
Con la pasión que has escrito este artículo, me has hecho interesarme por el libro. Aunque se nota que eres de Burgos XD, aun asi me ha gustado mucho.
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